Era una calurosa tarde de Enero cuando la computadora sonó despertando al pobre de Augusto de su siesta. El monitor mostraba una foto de Percy B. Jacksonfive, famoso ladrón y coleccionista de estatuas de gran renombre. Según el informe, Percy estaba pensando robar los lobos marinos de Mar del Plata durante un Festival de Teatro que iba a realizarme en los próximos días en ese hermosísimo lugar costero. Augusto alarmado gritó: "Chicos, tenemos una misión", pero luego recordó que como era Enero, todos estaban de vacaciones. Sólo Evangelina estaba allí, mirándolo con cara de pocos amigos. "¿Qué te pasa? - le recriminó - "Tenemos una misión" - dijo nuevamente Augusto - "Nos vamos a Mar del Plata. ¿Podés creer? Calzate la trikini" Evangelina rápidamente tomó su bolso, Augusto el nuevo protector solar factor 100 y ambos fueron a la terminal a esperar el colectivo que los depositara en ese paraíso.
Más de veinte horas después, Eva y Augusto contemplaban el mar desde la ventana del hotel. "No te puedo creer, nublado" - se quejaba Evangelina, acostumbrada a que las cosas siempre le salgan como ella quiere -. Al otro día, Percy B. Jacksonfive estaba tras las rejas y Eva y Augusto partían nuevamente hacia su lugar de procedencia, sin poder probar los beneficios del océano, ni del nuevo protector, ni de la trikini. La próxima vez será.